6/10/15

THX 1138 (George Lucas 1971)

El principio y final del American Zoetrope que no fue

Por Jorge Le Brun

La figura de George Lucas en la actualidad es vista con claroscuros, principalmente porque se le recuerda más por lo que se le culpa que por sus aciertos; podemos reconocerle que nunca se sometió al puño de la industria pero a cambio se convirtió - dirán -  en parte del “establishment hollywoodense”; que si sus precuelas de Star Wars fueron flojas e inferiores, que las constantes reediciones de la trilogía original y sobre todo (y no los culpo), la creación de ese desperdicio de oxigeno llamado Jar Jar Binks; la cosa llegó a tal grado que muchos aplauden la compra de Lucasfilm Limited por parte del ratón cabrón de Disney; lo cierto es que todos esos prejuicios deben dejarse a un lado ante el trabajo que nos atañe. THX 1138 es una obra de una época recóndita en la filmografía de Lucas, fue su opera prima.

Para algunos una película futurista, otros dirán que es una película del futuro (quizá haya razón en la segunda pues actualmente tiene un status de culto), lo cierto es que el tema no se encontraba en el porvenir, si no en las preocupaciones de la sociedad de consumo a principios de los 70’s, influenciada claramente en trabajos literarios como los de George Orwell y Aldus Huxley (1984 y Un Mundo Feliz); el guionista y diseñador de sonido Walter Murch afirmó que también había una “contemplación” en la película influenciada en el cine oriental; el universo de la película no se describe con los diálogos.

      Droides de protocolo de Star Wars son fabricados en THX
Los sucesos del filme ocurren en una ciudad de ambiguas condiciones (hasta el final, claro está); se desconoce si es la tierra, en algún futuro alterno o algún lugar “hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana” cosa muy probable porque hay varios elementos sutilmente colocados que pertenecerían al mismo universo de Star Wars. Se trata de una sociedad productora y de consumo, vigilada todo el tiempo y con una figura religiosa como símbolo (ideas de Orwell), y en la que constantemente están consumiendo drogas para hacer sus sinapsis más maleables y obligarlos a cumplir las tareas que se les han asignado (ideas de Huxley), donde el único propósito es la producción y el consumo; todo sentimiento, toda emoción es simplemente intolerable para el sistema. 


Arriba una imagen de la factoría esclavizante de Metropolis (1927), Abajo la de THX 1138 (1971)

Se trata de un universo deshumanizado, todos son solo objetos de una misma maquinaria, todos con “copete de hueso”, hombres y mujeres rasurados y vestidos con el mismo blanco y construyendo máquinas, quizá también vemos algo de la obra de Fritz Lang (Metrópolis 1927) aquí; los hombres trabajando para las máquinas y no las máquinas para el hombre; incluso puede verse como las fuerzas del orden de la ciudad no son otra cosa si no autómatas mecánicos los cuales son fabricados precisamente en la industria esclavizadora de esta ciudad en donde todo parecía permanecer en animación suspendida.

Otra influencia: El dibujante Ralph McQuarrie diseñó a los droides de protocolo del universo de Star Wars y THX basándose en la Maschinenmensch de Metropolis

"Usted es un verdadero creyente, bendiciones del estado, las bendiciones de las masas, trabaja duro, aumentar la producción, evitar accidentes y se feliz." es lo que repite una grabación en una especie de confesionario al que todos los ciudadanos tienen que hacer fila para ver y explayarse frente a la insignia religioso (utilizan un cuadro con una imagen de Jesucristo), mientras estos son vigilados y grabados por el régimen; manipulados. La voz de la grabación es suave, y muy fría en concordancia con todo lo que sucede, todo es frío desde la concepción de los colores y los personajes, aunque probablemente lo que mejor representa todo esto es la cárcel a la que van los “criminales” de esta urbe; esa visión de una prisión blanca sin paredes; una zona quizá solo en la memoria, volumen o espacio, un lugar que pareciera infinito o mejor dicho, infinitamente vacío, aún con sus prisioneros; lugar donde se almacenan los “activos dañados”. El universo de este filme es muy abstracto y es el gran personaje de la historia con permiso de lo que digan los actores de carne y hueso pues hay muchas escenas de vacío significado.



Como señalaba antes, los sentimientos están prohibidos en esta ciudad, incluso cualquier tipo de pasión es un crimen y es aquí donde el conflicto de la historia se revela cuando uno de los ciudadanos, un tipo nombrado THX 1138 (Robert Duvall) comienza a sentir algo muy extraño que solo puede burlar por medio de las drogas; no está en condiciones de realizar su trabajo de forma correcta; algo lo enferma y lo deja intensamente apesadumbrado. Su compañera de cuarto asignada, LUH 3417 (Maggie McOmie), se preocupa y le retira los medicamentos; es aquí cuando se descubre que lo que sentía THX era una intensa pasión por LUH…la cual era correspondida. No había lugar donde pudieran esconder su “trasgresión”, fueron puestos a juicio y la situación era más agobiante al quedar LUH embarazada en el único y “desafortunado” encuentro carnal (bueno uno es mejor que nada aún con su falta de intimidad) y no lo digo solo por la constante vigilancia a la que ellos son sometidos, ni porque alguien que haya visto la película quisiera proyectar alguna filia voyerista, lo digo por ese blanco que está en la mayor parte del metraje, dejando todo al descubierto, donde no hay sombras para esconderse, no al menos hasta el final de la historia, en donde se revela la naturaleza de esta ciudad.




Es solo gracias a este encuentro carnal donde todo cambia, donde dejamos de ver en los planos el blanco sobre el mismo blanco de los uniformes de los ciudadanos de ese mundo donde el “yo” intenta apartarse de lo real. Se puede ver en esa escena por medio de planos cortos el blanco sobre la carne, los cuerpos explorándose, haciendo algo para lo que el sistema no los concibió y de lo que solo el instinto les da herramientas para realizar.

Quizá estamos ante el trabajo más personal de su director, no lo sé, está obra co-escrita por Lucas y  Murch - que no gozó del apoyo en la distribución que sus creadores hubieran querido en su momento – tiene un diseño alucinante, donde se aprovechan muy bien recursos limitados: decorados blancos, cabezas rapadas (se usó como extras a los pacientes de un centro de rehabilitación de drogadictos) y elementos retro como los tubos nixie, mangueras cualquiera, aparatos de plomería; todo funciona a la perfección para crear un mundo plausible, donde quizá los diálogos no eran muy memorables que digamos, al menos a mí no me viene algo a la memoria salvo la grabación ya mencionada.

¿Pero que tienen en la cabeza? Con poco dinero se puede hacer mucho

A finales de los sesenta, Lucas era un joven recién graduado de la USC (University of Southern California School of Cinematic Arts), muy conocido por haber ganado el Primer Premio en el Festival Nacional de Cine Estudiantil con Electronic Labyrinth: THX 1138 4EB, cortometraje de quince minutos muy alabado por la crítica, que influyó en la carrera de su posterior colega Steven Spielberg en ese entonces también estudiante. Gracias a esta obra logró una beca con los estudios Warner, en donde conoció a su homólogo de la UCLA (University of California, Los Angeles) Francis Ford Coppola quien tenía una visión, American Zoetrope; la idea de Coppola es que un grupo de amigos en estrecha colaboración formasen un estudio alternativo a Hollywood, o al menos a la forma que tenía de contar sus ideas. Consiguió congregar a una generación de cineastas de los 70´s, influenciados por el cine de Godard o Trueffaut decían ellos, la idea era hacer un estudio accesible para todos y todas las corrientes, lugar donde directores jóvenes como Martin Scorsese hicieron escuela y donde años después Akira Kurosawa y el mismo Jean-Luc Godard dirigieron algunos de sus trabajos.

Uno de los primeros hipsters fue sin duda George Lucas

El primer largometraje oficial de la productora (aunque técnicamente lo fuera The Rain People de Francis Ford Coppola en 1969) fue el primer largometraje de George Lucas (hecho a partir de su trabajo universitario), fue el primer protagónico de Robert Duvall; todo producido bajo el cobijo de American Zoetrope; el sueño en ese entonces de Coppola y de Lucas por montar un estudio alternativo a la rancia y anquilosada industria de Hollywood de finales de los 60’s que en eso terminó…solo un sueño. La Warner Brothers no quiso en aquel entonces distribuir el trabajo, la productora tuvo que convertirse en el gran estudio que es ahora, Lucas se separó, y aquí tenemos una obra que con el tiempo ha llamado la atención de algunos pocos, hecha en la década que curiosamente elevo el género de la ciencia ficción – gracias a partir de obras posteriores - a donde no se había imaginado que podía llegar. 


2 comentarios:

Saludos