Una pesadilla gótica colonial
Por Jorge Le Brun
En octubre del año pasado me
tocó ver un video en la red social de youtube con el título de “Brief history
of mexican horror movies” (la breve historia del cine de horror mexicano),
habla de la conjunción de elementos que dieron su origen y menciona a través de
una línea del tiempo conceptual las películas pioneras y destacadas (bueno, las que ellos consideraron), empezando
con el título de 2 monjes de Juan
Bustillo Oro (1933) la cual en realidad, como dice el narrador “no es precisamente
una película de terror”; sin embargo – como también es señalado – la película toma
elementos del expresionismo alemán y una atmósfera con un velo de misterio que influirían
en posteriores producciones. Ya había visto varios de los títulos del video;
otros eran totalmente desconocidos para mí; escavando más en el tema y viendo
incluso que hay títulos perdidos, no es difícil descubrir que la herencia del
cine de terror que ha dejado México es brillante, pero pequeña y lamentablemente
subestimada. En realidad es una herencia infértil porque se ha olvidado en gran
medida. El título que traigo a colación ni siquiera se tuvo el interés de
restaurar en dvd para el país y en cambio si puedes encontrarlo en Europa o
Estados Unidos; se trata de Misterios
de ultratumba (1958) de uno de los directores mexicanos que más produjo
películas del género, Fernando Méndez, con guión de Ramón Obón y producción de Alameda
Films (quienes también trabajaron varios títulos del género).
Director conocido por la
película El vampiro (1957), Fernando
Méndez logra con este filme cautivar con uno de los más grandes terrores
cotidianos; la pregunta y la desoladora falta de respuesta que nos queda: el
misterio que se esconde tras la muerte que a todos aguarda y también sobre la
fatalidad de desafiar esa naturaleza; un Frankenstein fáustico hecho en el país
de los nopales. Película con varios de los elementos y cliché que ya habían
sido desarrollados por el género del terror y suspenso: el científico loco, asesinos
pasionales, lugares llenos de niebla. La película está ambientada con una música
apropiada pero de la misma forma típica del género en su época.
El Dr. Aldama (Antonio Raxel)
y el Dr. Mazari (Rafael Bertrand), científicos y psiquiatras con un tinte de
eruditos, padecen del mismo tipo de curiosidad que los alquimistas y deciden
hacer un pacto en búsqueda de responder a la gran pregunta planteada en el párrafo
anterior; el primero de los dos en morir tendrá que encontrar un camino de ida
y de regreso al más allá sin morir, revelando así la cuestión, ya que una innecesaria voz en off al inicio del metraje nos deja claro que “ …la muerte es la única cosa
segura en esta vida”.
Es Aldama quien sucumbe; tras su funeral, por medio de una sesión espiritista (hecha de forma bastante sobria), Mazari
logra comunicarse con su difunto socio; este le revela conocer el camino y que
tiene que pagar por lo que quiere saber; Mazari con apremio acepta el trato. A
partir de ese momento una serie de coincidencias, perdón, de acontecimientos, comienzan a
acumularse, y estos inician cuando un hombre misterioso se aparece a la olvidada
hija del Dr. Aldama, Patricia (Mapita Cortés); el individuo viene a ofrecerle una herencia
de su difunto padre, iniciando así el juego con la muerte; la fatalidad se extiende
a los demás personajes. El devenir de acontecimientos, lejos de decaer, resultan ir a un
ritmo bastante apropiado, la atmósfera es siniestra, el terror está presente; la desesperación de que algo está por pasar es indiscutible.
Como ya lo sugerimos, el Dr.
Mazari es un Fausto con un tinte funesto, la obsesión por saber lo lleva a su pacto diabólico, y sobre todo en su evolución; como el legendario erudito, al haber volcado sus emociones hacia su interior, se han vuelto contra él y lo
aprisionan. La llegada de Patricia hace que intente desbordar su acumulada vida
interior y se exprese en el mundo exterior a través de la acción. Los demás personajes
- salvo alguna interpretación forzada – cumplen perfectamente con el rol
desdichado que se tiene de estos.
Misterios de Ultratumba (rebautizada por los gringos como Black Pit of Dr. M) es
claramente influenciada por la narrativa del terror gótico en la historia; de
las mejor logradas en el género. Su atmósfera: una profecía, actividades
paranormales; pero también sus emociones desbocadas y un conflicto pasional, que
se hace latente conforme avanza el relato, en donde el personaje interpretado
por Gastón Santos juega un papel importante; este tiene una interesante puesta
de escena en un pasaje onírico en su primera aparición a cuadro.
La institución mental y la hacienda del Dr. Mazari son sombrías, teniendo en cuenta que en ambos lugares ronda una gitana loca y el fantasma
que fue invocado en la sesión espiritista. Las secuencias que toman lugar
afuera en todo momento están ambientadas con neblina y la imagen de la luna. Sobresalen
los largos pasillos del instituto mental; el manicomio por excelencia, y todos sus habitantes que con risas, gritos o desesperación, no dejan de llenar
el lugar con sus sonidos. La gitana loca mencionada anteriormente es una
criatura de temer que solo es relajada por la melodía de una caja musical en específico. Los rostros desfigurados, las puertas que se mueven sin nadie que las empuje y sobre todo la dichosa neblina, hacen el lugar.
Quizá con algunos detalles forzados en la historia, pero con una puesta de escena que se encuentra a la
altura de los contemporáneos anglosajones de la época. Cualquiera - si este trabajo fuera un
poco más conocido - a simple vista pensaría que es un gran clásico de la Hammer; quizá esta película como gran parte del clásico cine de terror mexicano, sea como la temática de sus historias, fantasmagórica.
La obra no es muy conocida, como el resto del cine de género en México, se le ha dado preferencia a las
comedias rancheras y derivados. La labor de rescatar y mostrar en pantalla
grande películas clásicas del cine mexicano no ha sido suficiente. Aun así se
han logrado mostrar algunas de estas joyas de la cinematografía mexicana en
foros y sobre todo algunos festivales importantes del mundo, incluyendo el UCLA
Film & Television Archive, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA),
el Festival del film Locarno y el Festival Internacional de Cine de Berlín
(Berlinale). Como dije, en Europa esta película está en dvd e incluso se
encuentra en américa, solo en el país de origen esta obra de fantasmas se ha
convertido en un espíritu chocarrero.
Aquí el video que vi y donde
encontré este título, podrán ver otros.
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