Sólo la naturaleza sobrevive
Por Víctor G. Gándara
La naturaleza no se suprime, aun
conteniéndola está siempre ahí esperando el mínimo quiebre o provocación para
saltar. Incluso en el disimulo es ella misma haciéndonos creer que la hemos
superado. De la naturaleza no se huye.
Cine
meditabundo, flemático, ése que amas o desechas sin la mínima consideración. El
estilo de Jim Jarmusch, reflexivo y parsimonioso, se yergue en atmósferas de
carácter filosófico y hasta sentimental. Sus personajes parecen comunicarse
mejor a través de las emociones y suelen enfermar de suplicio. Si bien los
diálogos visten interesantes, éstos no impactarían sin su ambientación; como
aquellas letras poetizadas por su música. Only
Lovers Left Alive (o Sólo los amantes
sobreviven), su película más reciente (2013), le da un giro relativamente
diferente al género de vampiros.
La
última vampiresca que vi fue From Dusk
Till Down del distinguido Beto Rodríguez. Escrita por Quentin Trantino
(posiblemente su guión menos brillante) y
protagonizada por George Clooney, el mismo Tarantino, una joven Juliette
Lewis, Salma Hayek, Harvey Keitel y el legendario Machete (o Danny Trejo antes de ser Machete), y otros rostros conocidos. Entre
From Dusk Till Down y Only Lovers Left Alive sólo hay una cosa
en común: vampiros. Y es que la segunda no destaca por escenas encarnizadas o
demonios buscando víctimas sanguinolentas, tampoco por pieles con brillantina.
Va de una pareja de vampiros y su cotidianidad, tan sencillo como eso. La
milenaria Eve (Tilda Swinton) y Adam (Tom Hiddleston), el lúgubre
quingentésimo. Son amantes, son poetas y beben sangre en copas. Éstos
no se alimentan directamente de humanos, más que por discreción (o aparte de) evitan
consumir sangre contaminada. Es así que Adam paga cuantiosas sumas de dinero
por sangre limpia a su contacto en un hospital. Eve, por su parte, acude a un
anciano Christopher Marlowe (John Hurt), a quien incluso en el film se le
atribuye la verdadera autoría de las obras de Shakespeare.
Adam
es un tipo atormentado, pesimista, y Eve probablemente su único soporte. La
vida es deprimente, la humanidad un asco: ésa es la premisa. No tienen fe en la
sociedad: decadente, estúpida, ignorante. Los llaman zombis, y son inferiores. Así pues, este par de vampiros se
convierten en ojo crítico de un mundo trágico e insufrible, el cual Adam
solamente solventa a través de música y su amante. Evolucionados, sofisticados. Adam,
músico underground, difícilmente
tolera el contacto humano y prefiere vivir en el anonimato. Pero sus piezas
tienen tal impacto que algunos seguidores le han buscado y dado con su
domicilio, no hay otra cosa que odie más que zombis pululando cerca de él.
El
soundtrack (en parte compuesto por Adam en el film) es una joya, comete la
paradoja de embelesar esas depresiones implícitas. Sitios de corte místico,
propio de un mundo despreocupado e ignorante de lo que se mueve en sus pasillos.
Referencias artísticas y un muro de fotografías célebres.
Para
aderezar, Jarmusch nos presenta un Tánger bohemio y azaroso al que Eve y Adam huyen
tras una serie de infortunios, posiblemente a consecuencia de la inesperada visita
de Ava (Mia Wasikowska), la hermana menor de Eve. A diferencia de ellos esta
chica no domina sus instintos, y bueno, sus arrebatos parecen tener un efecto
aciago.
¿Pero
acaso Eve y Adam han liquidado los suyos? No. La pregunta es cómo responden a
escenarios críticos. Si bien logran mantenerse al margen de la discreción, la
sed, la desesperación, desvelan que sólo la naturaleza sobrevive.
Only Lovers Left Alive
no es una película para cualquiera, es de ésas que amas o desechas; y no hay
que ser cinéfilo o experto para estar de un lado u otro. Es meramente cuestión
de gustos y/o personalidad (y uso esta expresión con el pesar de que muchos
oportunistas la utilizan para justificar películas malísimas pero populares).
Sobre todo depende de las expectativas.
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