Querido y patético señor Schmidt
Por Jorge Le Brun
“¿Qué diferencia he hecho yo? ¿Qué mejoró en el
mundo gracias a mí?”(...)“cuando todos los que me
conocieron hayan muerto, y hayan muerto los que los conocieron a ellos, será
como si yo no hubiera existido jamás”
Jack Nicholson, quien
comenzara su carrera actoral con The Cry
Baby Killer (Joe Addis 1958) es quizá el actor más importante de los 70s,
pero también de los 80s, bueno también era un rockstar de los 90s. Antes de que
los Johnny Depp y “las niñas raras” aparecieran, Jack ya hacía era el
especialista en caracterizar a los personajes “extraños” en la industria de lo
políticamente correcto (Hollywood), todos los sujetos que no serían aceptados
por la sociedad de existir de verdad pero que adoran verse en la pantalla, esos
eran de Nicholson. 12 veces nominado al premio de la academia y 3 veces
ganador, no podría decir que alguno es el mejor (aunque soy de los que a veces
pone en ese lugar a Gary Oldman, quien nunca ha ganado la estatuilla del tipo
desnudo), pero sin duda alguna es de la máximas referencias en lo que a
actuación se refiere. Ya sea que era un padre de familia al borde de un
estallido homicida, un escritor obsesivo-compulsivo, el diablo, un mafioso irlandés-estadounidense, un cruel
coronel del cuerpo de marina americano, un detective o el villano de batman que
“baila con el diablo a la luz de la luna” y desea aplicarle un “enema” a Ciudad
Gótica, entre muchos otros, el sello de este histrión es la intensidad de los
papeles que realiza, lo cual vuelve aún más interesante la interpretación de About Schmidt; más interesante al ser uno
de sus personajes con carácter más bien circunspecto; lo diferente dentro de lo
diferente.
El director Alexander Payne y
su guionista habitual Jim Taylor (en todas sus películas a excepción de Nebraska 2013) se caracterizan por la
sátira de la sociedad estadounidense, especializándose en comedias con gran introspección;
podemos decir que suele retratar tragicomedias. En este caso la mancuerna narra
la historia de Warren Schmidt, un anciano que se encuentra en varios dilemas existenciales
que lo llevan a un par encrucijadas simultaneas. Para empezar, tiene 66 años y
se acaba de jubilar tras trabajar durante toda su vida en una empresa de
seguros y se siente completamente perdido; su otro problema, su hija a punto de
casarse con un palurdo vendedor de albercas inflables. Schmidt obtiene un
catalizador cuando su mujer con la que compartió más de 40 años fallece de
forma repentina. Solo y perdido, Warren descubre que su mujer lo estuvo engañando
en relaciones incestuosas, eso le da la energía que necesita para emprender un
viaje en furgoneta hacia Denver con el propósito de evitar el matrimonio de su
hija.
En el camino a buscar
refugio con su hija Jeannie (Hope Davis), Schmidt entablará extraños lazos
personales en la zona de Nebraska mientras, a la vez redescubre su melancolía
con el mundo; intenta no sentirse tan perdido ni tan extraño recorriendo
distintos lugares, e intenta consolarse con el dolor de la pérdida y la tristeza de la soledad, mientras sigue
mirando su entorno ve todo tan inútil como carente de un sentido lógico. Todo
tratado en un principio con gran humor negro e ironía, un gran mérito de Payne
con ese desolador paisaje.
Las interpretaciones de esta
película son las adecuadas, no solo de Nicholson, ni de Davis que interpreta a
la hija sufriente de que su padre desprecie su elección sentimental y se
mantiene muy alejada de él mientras le reclama permanentes cheques para
solventar la boda; también está el simpático papel de Kathy Bates como la madre
del tipo con el que la hija de Schmidt se piensa casar, una matriarca palurda, excéntrica
y desalineada con un perturbador amor por los baños en jacuzzi desnuda donde
pueda ser vista.
Ante las múltiples pérdidas
a las que cualquier de la tercera edad se ve sometido, Warren no quiere tener una
más. Así, asume la castración en el legado a su propia hija con la condición
del sostenimiento paralelo de la relación ideal que mantiene con su ahijado.
Esta relación le permite volcar todo lo que hubiera deseado que sea su vida.
Finalmente la historia trata sobre el deseo de la inmortalidad o la significación
en la búsqueda que quizá algún día los que seremos más viejos emprenderemos
para obtener un receptor de nuestros respectivos legados, la búsqueda de dejar algo
de nosotros en este mundo. La película es todo menos complaciente, y no es lo
que deleita a la academia para recibir premios y pese a ello tuvo varias
nominaciones en su momento, una historia donde todos son unos imbéciles, los cretinos
que nosotros mismo somos.
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