11/3/16

Star Wars: Episode V - The Empire Strikes Back (Irvin Kershner 1980)

Emperadores rellenos de poder

Por Jorge Le Brun


En diciembre del 2015 se reanudo la saga fílmica de Star Wars en manos ahora de la poderosa empresa del ratón mafioso. Por supuesto, pensaba en hacer un trabajo oportunista sobre el asunto con otra película de la saga pero mis respectivos tiempos me dificultaron proseguir y hasta el momento en que lean esto es cuando da a luz el escrito. Por un lado aprovecho a alejarme de la euforia – tanto de los fans como de los detractores – para ver con los ojos de la distancia de forma más “objetiva” el fenómeno (a si me engaño a mí mismo) y por eso mejor escribo sobre el episodio V: El imperio contraataca.

La saga de Star Wars es perteneciente al género narrativo de las space opera que se distingue entre la ciencia ficción tradicional (especulativa científicamente pero basada en posibilidades) en que relata historias acerca de aventuras épicas o historias romántica que en la mayor parte de los casos tienen lugar en el espacio en un contexto tecnológico. Según dios Wikipedia “Los personajes suelen pertenecer al arquetipo héroe-villano, y los argumentos típicos tratan sobre viajes estelares, batallas heroicas, imperios galácticos, exhibiendo vistosos logros tecnológicos”. Este género es un producto de las revistas pulp empezadas los años 20s que son tomadas junto al contexto intergaláctico, al género western y a las narraciones victorianas sobre aventuras en viajes a África como las novelas de  del personaje Allan Quatermain. Es un género donde los viejos temas, géneros y dramas son vistos “a través de las estrellas”; no trata de ser verosímil con la realidad de los avances tecnológicos en la mayoría de los casos, en el caso de Star Wars es solo una hazaña que llega a su momento más alto en su segunda película, considerada por la crítica como la mejor de todas las que se han hecho.























El creador de este asunto, George Lucas, solo pensaba en hacer una película cuando, naturalmente (también ayudo este $) se dio cuenta que tenía todo un universo por crear y daba para mucho más que una sola película ($$$). Después del éxito que tuvo con el primer episodio de la franquicia, pensaba en hacer algo parecido al 007 y que diferentes directores dieran su particular estilo y narrativa avanzada la cantidad de filmes. Después y reunido con la guionista Leigh Brackett trabajaron en lo que sería la secuela directa del ya mencionado trabajo anterior; para aquel entonces, Lucas ya tenía decidido que estaba trabajando una trilogía en la historia intermedia y que haría una trilogía precuela y una con lo que sucede después (Disney wins!). Brackett fallece al terminar el primer borrador en 1978 y fue el creador de Star Wars quien le daría un toque final, bueno, con ayuda de Lawrence Kasdan; juntos colocaron dos detalles importantes que mencionaré más adelante.



Lucas se lanzó a la aventura de ser su propio productor y es aquí donde entra en juego el director Irvin Kershner que no tenía película reconocida hasta la fecha pero que en sus palabras vio elementos de los mitos judíos en el guion con el que trabajó. Norman Reynolds (en escenarios) y Stuart Freeborn (marionetas) fueron los artífices del diseño. Se usó también el chroma, el stop motion junto a paisajes naturales en Noruega.

La historia empieza tiempo después de la primera, con el jovenazo Luke Skywalker (Mark Hamill) explorando el mundo nevado del planeta Hoth y esperando la señal para empezar su entrenamiento como jedi. Después de que el espíritu-holograma de su fallecido maestro Obi-Wan Kenobi alias el Ben (Alec Guinness) le diera la señal, la base de los rebeldes es atacada por el ejército imperial, que barre con todo oponente con su armada. Han Solo (Harrison Ford), la princesa Leia (Carrie Fisher), el wookie Chewbacca (Peter Mayhew) y el droides, C-3PO (Anthony Daniels) vuelan al espacio y buscan la forma de escapar de los radares del imperio; el rubio Luke se va con el adorable ($) R2-D2 en la búsqueda del último maestro jedi quien le enseñará los caminos de la fuerza. Todos son perseguidos por Darth Vader (David Prowse y voz de James Earl Jones) quien esta encomendado tras una charla con el emperador a convertir a Lucas al lado oscuro y para eso tiene un secreto a revelar.

















La mancuerna de Irvin Kershner y del director de fotografía Peter Suschitzky (quien terminaría trabajando en varias películas con David Cronenberg) fue la mejor de la primera trilogía, donde el fuerte fue una mejor dirección de actores y un mejor juego con el iluminado donde predomina la temperatura en blanco. La música (como en todas las películas) es llevada de la mano de John Williams y su orquesta que compone temas ya tan arraigados en la cultura pop como la “imperial march”.

Sin duda el personaje que se lleva el filme es Darth Vader, considerado como uno de los villanos más importantes hecho en las épicas hollywoodenses. Un asmático y gigantesco cyborg, cruel hasta la medula y comandante militar de las fuerzas imperiales que mata sin piedad con sus poderes telequinéticos a sus subordinados ante el menor de los errores. Una de tantas escenas donde destaca esta característica es cuando uno de sus oficiales va a disculparse ante él por el escape del halcón milenario (nave espacial rebelde); Vader lo estrangula (como es habitual) y cuando yace muerto en el suelo dice “Disculpa aceptada, Capitán Needa”. También destacan por supuesto las interpretaciones de Harrison Ford como el temerario Han Solo, quien tiene que llevar a lugar seguro a su tripulación, llevar más lejos su tención sexual con la princesa Leia y lidiar con su amigo Lando Calrissian (Billy Dee Williams), el único negro en la galaxia y personaje que inspira poca confianza por su disposición a negociar con quien sea; y finalmente la voz del maestro jedi Yoda (Frank Oz), inmortalizado como uno de los maniquíes más famosos de la historia; y como el único ser viviente que habla con la estructura del latín en distintos idiomas (dice las cosas al revés).



Las dos escenas a rescatar mencionadas con anterioridad tienen a Darth Vader a cuadro. La primera es un comunicado holográfico entre Vader y el emperador, interpretado originalmente por Clive Revill y que tenía antepuesta la imagen de un chimpancé para darle un toque misterioso a su acento neozelandés. La escena es importante porque definió parte del universo en donde ocurría la historia; George Lucas pensaba en un principio construir el imperio como una dinastía en la que ya habían pasado una fila de tiranos con una línea sanguínea y al más puro estilo del comic de flash Gordon, pero conforme evolucionó su idea sobre Vader, pensó que necesitaba un demonio que lo llevara primeramente al “lado oscuro” (reverso tenebroso o como le quieran decir). El papel del emperador y maestro de la oscuridad fue inmortalizado posteriormente por el actor shakesperiano, Ian McDiarmid y conforme a Lucas le dio la fiebre de sus reediciones (algunas buenas, muchas otras necias) fue borrándose de la escena la primera versión del emperador.


El emperador. A la izquierda está la interpretación de 1980 de Clive Revill y a la derecha la reedición con Ian McDiarmind.

La otra escena que quedó en el guion final es una de las más inmortales de la cultura de masas. Darth Vader tiene un duelo con espadas láser con el beatle Luke Skywalker; en una de las escenas donde más destaca el mencionado trabajo de la fotografía, lleno de sombras y reflejos rojizos y azules. Después de que el villano somete al héroe (raro en la época) al cortarle la mano y este está en un vació agonizando, Vader lo invita a unirse a él y juntos conquistar la galaxia, y finalmente le revela que es su padre biológico. Luke se lanza al vació y deja todo a la fatalidad que en este caso le sonríe. Toda la película hizo un camino por distintas peripecias y tiene esta revelación como el fin de sus esperanzas. La historia termina con esta revelación que demuestra el destino que inevitablemente enfrentará; al padre que inevitablemente enfrentará; navidad para Freud.





















La película dejó muy alto el estandarte para su sucesora, que para muchos no llegó al mismo nivel. El viaje por lugares de invierno perpetuo, pantanos místicos, asteroides con gusanos gigantes, ciudades suspendidas en las nubes y el espacio sideral a velocidad luz están en el colectivo de la fanaticada de una de las franquicias cinematográficas más importantes. La segunda parte lleva tras de sí el tono trágico de la historia, donde se pone en evidencia que no hay decisiones para tomar; es la gran tragedia del cine de su  género. 





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