Por Bárbara Huipe
Si hay que definir a este sujeto en una palabra, yo diría “histriónico”. Sin apenas darte cuenta, escuchar a Nick Cave and the Bad Seeds es sumergirte en una compleja trama tejida través de la lírica que el músico ha creado en al menos 40 años en las artes.
La teatralidad de Cave no estaría completa sin haber llegado al cine, arte en el cual colabora aportando soundtracks, como guionista e incluso como actor, desde la fecunda década de 1980, en la que tomó fuerza su carrera musical.
Como acotación es imprescindible señalar que el hecho de haber escuchado por primera vez a Nick Cave (porque primero oí el soundtrack y luego vi la película) en “Der Himmel über Berlin” (1987) era sin duda un gran augurio, es como si Wim Wenders me lo hubiese recomendado.
“From her to Eternity”, no es sólo el primer álbum de Nick Cave and the Bad Seeds, su banda más importante, representa también su primera colaboración con Wim Wenders y su aparición en la gran pantalla, ambas actividades se extienden hasta la actualidad.
Un muy joven Nick Cave y su banda aparecen en una de las escenas finales de “Las alas del deseo” (título en español) interpretándose a sí mismos tocando en un bar. Este trabajo con el cineasta alemán es un hito porque se trata del registro de un momento medular para las artes: Berlín en la década de 1980.
En esa época Cave vivía en la capital alemana en un diminuto departamento, fue parte de la oleada artística que se gestó ahí y de la que se desarrollaron diferentes movimientos musicales y culturales; todo ello queda registrado en “B-Movie: Lust & Sound in West-Berlin 1979-1989” (2015), película que reúne registros fílmicos inéditos de los diversos personajes que habitaban las noches de Berlín en esa década; Cave, Blixa Bargeld, su guitarrista, y David Bowie, son algunos de ellos.
Las películas con bandas sonoras que incluyen la música de Nick Cave van desde obras dirigidas por Martin Scorsese, pasando por su actuación junto a Brad Pitt en “Johny Suede” (1991), hasta sagas como Harry Potter, Shrek, Scream, Hellboy, por mencionar sólo algunos títulos.
Así también son diversas las series en las que aparecen canciones de Cave: X-Files, American Horror Story, Californication, Dr. Who, True Detective, entre otras. Marca la cumbre de este rubro la serie británica Peaky Blinders (estrenada en 2013), en la que “Red Right Hand” es el intro en todas sus temporadas, además de incluir otras canciones de Cave a lo largo de la serie, y la misma “Red Right Hand” interpretada por otros músicos como PJ Harvey, The Artic Monkeys, Iggy Pop y Jarvis Cocker.
Especial mención merece el soundtrack hecho por Cave y Warren Ellis, multiinstrumentista de los Bad Seeds, para “The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford” (2007), en la que además el músico hace una breve aparición interpretando a un cantante de cantina.
Resulta fácil evocar los páramos, el frío y la nostalgia del western con el piano y los violines que componen esta banda sonora y que es muestra de una vertiente que ha tomado el trabajo del dúo Cave-Ellis en la que también se pueden mencionar “The Road” (2009), la serie “Hell or High Water” (2016) y “The Proposition” (2005), de la que Cave fue además guionista.
Dos referencias más que merecen un especial acento son sus documentales. El primero: “20,000 Days on Earth” (2014) en el que el trabajo en su álbum “Push the Sky Away” resulta pretexto para asomarse a la vida del creador en el que se supone es su día número 20 mil en la tierra.
Yendo de su cama al estudio de grabación, platicando con integrantes y exintegrantes de los Bad Seeds, en consulta con su terapeuta, el documental dirigido por Iain Forsyth y Jane Pollard engancha no sólo por los datos biográficos y la cotidianidad del músico, también por las reflexiones de un Nick Cave ya entrado en años que cuenta su vida ya no en años sino en días, y permite ver parte del proceso creativo, para terminar el día comiendo pizza y viendo una película, que se especula es Scarface, sentado entre sus hijos gemelos, siempre enfundado en su impecable traje sastre.
El segundo documental y más reciente es “One More Time with Feeling” (2016), éste con una raíz más oscura (y vaya que su paleta siempre ha tenido una tonalidad así), en este caso a partir de la muerte de uno de sus gemelos en 2015.
Tras el deceso, Cave decidió continuar adelante con el álbum que se encontraba grabando como catarsis ante el inminente dolor, pero no haría gira promocional; en su lugar recurrió a Andrew Dominik, el director de “The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford”, para un nuevo documental que registrara el proceso del disco y se estrenó prácticamente a la par de éste.
Hablar del músico oriundo de Warracknabeal, Victoria, Australia es hacer referencia a The Boys Next Door, The Birthday Party, Grinderman, la pintura, la literatura, a "Lolita" de Navokov, a Brighton, Berlín, São Paulo; a un imaginario que es por un lado violento y sexual, y por otro, profundamente reflexivo.
Todo ello entreteje la trama de una cinta que es al mismo tiempo thriller, western y documental: su vida y obra. Mientras escribo esto, 22 de septiembre de 2018, Nick Cave llega a sus 61 años (o 22,265 días), honor a quien honor merece.
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