8/10/15

Richard III (Richard Loncraine 1995)

Juego de Shakespeares

Por Jorge Le Brun

Trabajo co-escrito por su protagonista: el afamado actor, “mutante” y shakespeareano, Ian McKellen, quien también participó en la producción del metraje. Richard III es un trabajo hecho por verdaderos apasionados de la obra del “bardo”.  Richard Loncraine su director y ganador del oso de oro a mejor director - por este trabajo - está en la misma página que su actor principal.


Está película trata de una ucronia en Inglaterra de los 30s, con una trasposición de la obra The Life and Death of King Richard III de Shakespeare. Ucronia es cuando una ficción toma una época histórica real y cambia los sucesos y a veces hasta personajes que la protagonizaron; la historia es una  trasposición de los diálogos, los gestos y los mismos personajes que si viéramos el trabajo de Shakespeare; incluso el protagonista, el siniestro Richard, duque de Gloucester no deja de hablar con nosotros, rompe considerables veces la cuarta pared.


Termino originado en el teatro, se le dice cuarta pared al espacio entre el escenario y el público, como ven hay tres paredes físicas y una imaginaria. 



¡La cuarta pared! la que encierra el mundo de las interpretaciones en el realismo y vuelve las actuaciones hiperreales; la máscara que cuando se rompe revela más de lo que pensamos. Nacida en el teatro y utilizada tanto en cine como televisión. Cuando un personaje se dirige a hablar con nosotros, su público, muestra conciencia de que es parte de una inconciencia; sin darnos cuenta también somos parte de esa mascara; como nosotros nos vemos y concebimos no es más que una construcción de nuestros cerebros, somos parte de la misma ficción. El personaje de Frank Underwood, interpretado por Kevin Spacey en la serie House of Cards: ese maquiavélico congresista convertido en presidente por intrigas, no deja de reflexionar y confesarse ante su público, su dios distante y omnisciente en cada momento importante (o tal vez será pagano, dice hablarle a Donald Trump que a su vez es empleado de Carlos Slim); él  planea, máquina y somos los únicos que sabemos lo que está haciendo para llegar al poder.


Bueno, los ingleses estuvieron primero; el original House of Cards es una serie corta de cuatro episodios que retrata la historia de un lord ingles algo funesto que juega sus cartas (redundancia) para llegar a ser primer ministro, que a su vez está inspirada argumentalmente en dos obras de William Shakespeare, la primera de ellas es The Tragedy of Macbeth, mientras que la segunda es The Life and Death of King Richard III (sorpresa).

Ian Mckellen como Richard, duque de Gloucester, posteriormente Richard III

La escuela de artistas que se dicen “shakespeareanos” es bastante numerosa, como en cualquier lado, no todos dan la talla. Que los mete a esa clasificación es difícil de decir: su escuela teatral de origen, un cierto número de películas basadas en la obra del autor o algo tan mamón como ser un gran “conocedor” suelen ser variables, por eso son tantos, quizá solo lo sean aquellos que respiraron y vivieron al famoso dramaturgo y se formaron con él, aquellos que lo aprendieron, lo desarrollaron y maduraron sus dotes artísticos con él; entre los más populares de estos "lords" están Kenneth Branagh, Judi Dench (dice ella), el mismo Mckellen; el más simbólico fue Laurence Olivier quien tuvo una icónica representación del rey Ricardo III en una interpretación de 1956.


De izquierda a derecha, un busto con el rostro del autentico rey Richard III, de la que se basó Laurence Olivier para su interpretación en la segunda imagen y que fue la inspiración de la tercera imagen, la de Lord Farquaad de la serie de películas de Shrek


Sin embargo la película que tratamos está basada en una producción de teatro que fue dirigida por Richard Eyre (director de teatro y televisión), que también era protagonizada por Sir Ian Mackellen. La historia – como ya adelanté – ocurre en Inglaterra en la década de 1930, empieza en el último día de vida del rey Henry VI y su hijo, los últimos miembros de la familia Lancaster que ha sido derrotada en una guerra civil por sus rivales, los duques de York; son inmediatamente asesinados por sus enemigos, dando el tiro de gracia uno de los tres hermanos de la familia rival, Richard, duque de Gloucester. Inmediatamente, el hermano mayor, Edward se convierte en el rey de Inglaterra y le da un gran poder a sus dos hermanos: George y Richard, el menor de los tres.

La influencia de la pintura en el cine, un claroscuro, técnica que llegó a su mejor punto en el barroco, no hay sombras pero hay suficiente oscuridad para ver el humo del cigarro.


La familia York se hace con el trono, Edward IV tiene el reino en su puño, ya tiene un hijo heredero al trono, el favor de su madre, la duquesa de York (interpretada por Maggie Smith) y tiene una buena relación con sus dos hermanos o al menos eso creía. Richard detesta a Edward tanto como a su hermano George; los desprecia en silencio y comienza a mover las piezas para asesinarlos, tomar el poder y destruir a todo aquel que ose interferir o simplemente, deje de ser de utilidad. Juega con sus hermanos y los hace pelear mientras él los abraza y reconforta...escondiendo la daga traicionera. 

La familia York en la película Richard III (1995).

El Richard de Mckellen es mucho más visceral de lo que nunca antes había sido

interpretado en el cine; la traición y la ambición desmedida por el poder son lo que lo mueven; este villano es un misántropo, hipócrita, envidioso y sumamente cruel; da en sus monólogos cínica muestra de schadenfreude: el deleite del sufrimiento que causa, desde el fondo de su corazón, la alegría más bella de todas. Asesina, destruye a toda su familia, también a sus más fieles aliados cuando dejan de tener utilidad; asciende al poder mientras se llena de enemigos ¿Qué importa? Richard nació deforme, tullido y jorobado, y lleno de desprecio a la gente feliz, consideró la infamia su destino y la tomó gustoso. Esta es una historia acerca del fatalismo, y era claro que los actos de Richard lo llevarían a un oscuro final, el cual disfruta al saber que será sucedido por alguien como él ¡Bendita la desgracia de los hombres! Richard es un hijoeputa tremendo.


El Conde de Rivers (Robert Downey Jr.) a punto de ser asesinado en medio de un acto sexual con una prostituta, en las intrigas de Ricardo.

Es una película para la apreciación histriónica, se utilizan de forma bastante inteligente los diálogos originales que fueron recontextualizados al escenario tan distinto al de la obra original. Lo cual nos dice más de la universalidad de los conceptos. Esta y el resto del trabajo de Shakespeare inspirado en la guerra de las dos rosas ha sido usada en las dos versiones de House of Cards, también en series como Game of Thrones, entre otras muchas historias, aquí con una asociación a un ficticio fascismo británico.


La película está llena de referentes al régimen nazi; emblemas y uniformes; todo con una estética del tercer Reich, sobre todo los colores de la propaganda que utiliza Richard cuando se convierte en rey, con un jabalí como símbolo en lugar de la suástica, todo con accesorios adaptados al estilo británico. Las fuerzas de Richard son todos unos SS, mientras sus enemigos tienen algo de los aliados. Incluso la reina Elizabeth y su hermano (interpretado por Robert Downey Jr.) parecen un par de socialité a la gringa, mal vistos por los hermanos del rey Edward IV y toda la elite británica.


Es una película barroca, llena de elementos que la vuelven rica visualmente; llena de simbolismos. Su puesta en escena, su historia, es impactante y turbia. Podríamos decir que influyó en la posterior V of Vendetta, estéticamente, claro (el comic es de unos años antes), y argumentalmente si vamos al trabajo original del dramaturgo inglés. Es un filme con un villano que disfruta de sus acciones y que al final tiene pesadillas, no por culpa si no por miedo a las consecuencias, por miedo a que todo lo que hizo se deshaga, así son las dictaduras, así es Richard III.   



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